Fisioterapia Geriátrica

Fisioterapia Geriátrica

La fisioterapia en geriatría o fisioterapia geriátrica es el conjunto de técnicas de fisioterapia encaminadas a prevenir y tratar lesiones o patologías propias del envejecimiento. El tratamiento de fisioterapia ayuda a reducir el dolor, restaurar la movilidad, mejorar el equilibrio y la confianza y autonomía del anciano. Los programas de psicomotricidad grupales o individuales ayudan al mantenimiento mejora de las capacidades físicas y psicosociales de los ancianos.

¿Cuál es el rol del fisioterapeuta en geriatría?

Los fisioterapeutas especializados en geriatría trabajan con las personas de forma individual, evaluando sus capacidades físicas y diseñando tratamientos de fisioterapia y programas específicos de ejercicio, educación y bienestar. Los fisioterapeutas están integrados dentro de los equipos multidisciplinares para ofrecer un mejor tratamiento a la persona.

Los cambios físicos relacionados con la edad, pueden conducir a una limitación para realizar las actividades de la vida diaria. El proceso normal de envejecimiento no tiene por qué dar lugar a dolor o disminución de la movilidad física. El fisioterapeuta puede ser una fuente de información para comprender los cambios producidos por el envejecimiento y ayudar a recuperar las capacidades perdidas, o para desarrollar otras nuevas.

Los objetivos principales de la fisioterapia en geriatría son:

  • Reducir el dolor
  • Mejorar la sensibilidad y la propiocepción de las articulaciones
  • Mejorar el estado físico general a través de programas de ejercicio (psicomotricidad)
  • Evitar caídas
  • Reeducación de la marcha
  • Aumentar, recuperar o mantener el rango de movimiento, la fuerza muscular, flexibilidad, coordinación, equilibrio y resistencia
  • Enseñar las transferencias al paciente para preservar la autonomía
  • Proponer los dispositivos de ayuda para promover la independencia
  • Recomendar las adaptaciones para hacer en casa
  • Educar y ofrecer recomendaciones a la familia

Existen muchas patologías comunes que pueden ser tratadas de forma efectiva con fisioterapia. Algunas enfermedades relacionadas con el envejecimiento son la artritis, la osteoartritis, derrame cerebral, enfermedad de Parkinson, secuelas de cáncer, las amputaciones, la incontinencia urinaria y fecal, y las enfermedades cardíacas y pulmonares. Las enfermedades como el Alzheimer, la demencia, los desórdenes de la coordinación y el equilibrio, reemplazos articulares, fracturas de cadera o las limitaciones funcionales relacionadas con la movilidad también pueden mejorar a través de la fisioterapia geriátrica.

La mayoría de las personas piensan en la fisioterapia como una forma de tratamiento a seguir después de un accidente, o en relación con una enfermedad. Pero la fisioterapia en geriatría es útil para mejorar el estado físico general y ayuda amantener la independencia del anciano durante períodos más largos de tiempo. La fisioterapia también ayuda a evitar caídas, algo que es crucial para estas personas.

La caída es uno de los mayores riesgos de los ancianos, ya que a menudo conduce a fracturas, principalmente de fémur y/o cadera, que a su vez conduce a una espiral descendente de la salud. Según el “Center for Disease Control and Prevention” en Estados Unidos, 1/3 de las personas mayores de 65 años sufren caídas cada año, siendo la mayor causa de lesión en este grupo de población. Miles de ancianos sufren fractura de cadera cada año debido a caídas. La mayoría son hospitalizados como mínimo una semana y el 20% de personas mueren a lo largo de un año debido a la lesión. Desafortunadamente, el 80% restante de los ancianos no vuelven a su nivel previo de actividad. La fisioterapia puede ayudar a los ancianos a mantenerse activos e independientes.

  • Atención básica en residencias geriátricas. El auxiliar es el encargado de ayudar al anciano a lavarse o a bañarse, a vestirse, a comer, a tomar la medicación, a ir al baño y a desplazarse.
  • Planificación y supervisión de actividades sociales y recreativas o de excursiones. El auxiliar se encarga de programar este tipo de actividades en colaboración con otros profesionales del centro, como psicólogos, fisioterapeutas y educadores sociales.
  • Realización de tareas sanitarias rutinarias, como la aplicación de cremas o el cambio de apósitos, siempre bajo la supervisión de una enfermera cualificada.
  • Atención y seguimiento del estado del paciente. Los auxiliares de geriatría deben ser capaces de detectar cualquier cambio en la salud física o mental de un anciano, tales como el dolor, la pérdida de la movilidad, una depresión o un estado de ansiedad. Estos profesionales deben ver la enfermedad como un problema que necesita ser investigado y tratado, más que una consecuencia natural de la edad. En una residencia o centro de día, los auxiliares comunican sus observaciones a un superior del servicio asistencial.
  • Asistencia social al paciente y apoyo emocional.  Es esencial que los auxiliares se muestren amables y atentos, y que establezcan relaciones de confianza con las personas con quienes trabajan. Deben hablar con ellas, escucharles y tranquilizarles cuando están ansiosas o confundidas. Pueden ayudarles a relacionarse, es decir, a hacer amigos o a mantener el contacto con sus familias.
  • Favorecer la autonomía del paciente. Los auxiliares de geriatría deben propiciar que los ancianos realicen sus tareas personales y sociales por sí mismos, en lugar de hacer las tareas para ellos.
  • Velar por la seguridad de los residentes. En hospitales, hogares y centros de día, los auxiliares de geriatría son responsables de la salud y la seguridad del personal y de los residentes. También pueden ser responsables de la seguridad del hogar o del centro, cuando trabajan en un turno de noche, por ejemplo.
  • Resolución de conflictos. En ocasiones, el auxiliar debe lidiar con conflictos y conductas difíciles. En este sentido, debe tener las competencias adecuadas para desempeñar su labor con empatía y ecuanimidad.
  • Formación específica como auxiliar de geriatría.
  • Empatía.
  • Excelentes dotes de comunicación y habilidades interpersonales.
  • Capacidad para la escucha activa.
  • Ser capaz de ofrecer ayuda y apoyo cuando las personas bajo su cuidado tienen dudas o problemas emocionales.
  • Capacidad para conectar con los ancianos, para fomentar su aprendizaje y hacer frente a cualquier problema que puedan tener.
  • Saber respetar el derecho de cada individuo de mantener su independencia y su privacidad en la medida de lo posible.
  • Saber tratar a cada persona como ser individual, con sus diferentes necesidades físicas y emocionales.
  • Ser discreto y conseguir que los ancianos con discapacidades a la hora de realizar actos tan personales como lavarse o ir baño pierdan la vergüenza – y se dejen ayudar.
  • Estar dispuesto a aprender y a desarrollar nuevas habilidades en el trabajo.
  • Paciencia y tacto.

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